Los estudios de ablación exigen que un sistema muestre una tolerancia a fallas: el sistema debe seguir funcionando aunque falten o se degraden ciertos componentes.
[2] Según algunos investigadores, los estudios de ablación se han considerado una técnica conveniente para investigar la inteligencia artificial y su durabilidad ante daños estructurales.
[1] Los estudios de ablación dañan y/o eliminan determinados componentes en un entorno controlado para investigar todos los posibles resultados de un fallo del sistema; así se caracteriza cómo afecta cada acción al rendimiento y las capacidades generales del sistema.
La motivación era que, aunque los componentes individuales están diseñados, la contribución de un componente individual al rendimiento global del sistema no está clara; eliminar componentes permite este análisis.
En este sentido, Newell considera que ambos son sistemas de conocimiento y que en ambos pueden aplicarse procedimientos como la ablación para probar determinadas hipótesis.