Ablaña

Ablaña, cuyo topónimo puede proceder el término en asturiano para referirse a las avellana (ablanes), debió su crecimiento a la minería del carbón, los ferrocarriles y la cercanía de la antigua Fábrica de Mieres.

[3]​ El esplendor de la actividad industrial hizo que Ablaña contase con cine, comercios, biblioteca, etc.

La población actual es muy inferior a la de hace años, siendo el envejecimiento demográfico su característica más notable.

Cerca de la población se encuentra el Pozo Llamas, estando su castillete incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias, y el Pozo Nicolasa o San Nicolás, cuya explotación comenzó en 1860.

En Ablaña también se encuentra la Casa de Los Quirós, del siglo XVII.