Abel Ferrara
Ferrara empezó como director con films amateurs en Súper 8, cortos que serían la base de su primera película The Driller Killer (1979), una violenta explotación de un artista que sufre un colapso mental.En 1981, con Ángel de venganza, una escabrosa historia sobre una mujer violada que decide vengarse, Ferrara obtendría magníficas críticas y daría un salto cualitativo en su carrera.Ferrera volvería a la gran pantalla en 1987 con Suburbios de muerte (China Girl).[4] A El rey de Nueva York, le siguió Bad Lieutenant (Teniente corrupto en España, Corrupción judicial en México y Un maldito policía en Uruguay y Argentina)[5] en 1992, considerada la mejor película del director neoyorquino.La película, que se convirtió rápidamente en una obra de culto, sorprende por la violencia y la crudeza de las imágenes y el tinte apocalíptico con el que Ferrara describió a Nueva York.