Abdolqader Maragheí

Seis años más tarde servía en Tabriz al príncipe Miran Shah.

Abdolqader fue culpado de la conducta descarriada del príncipe y Tamerlán trató de capturarlo, pero Abdolqader logró huir y regresar a refugiarse en la corte bagdadí del sultán Ahmad.

[3]​ En particular, la corte otomana le profesaba una atención particular, hasta el punto de que aún hoy día, se considera que unas treinta piezas del repertorio clásico otomano son obra suya.

Se le conocen cuatro tratados, de los que los tres subsistentes están escritos en persa.

Su segunda obra en importancia es Maqâsed ol-alhân,[5]​ dedicado al sultán otomano Murad II.