Durante todo ese tiempo volvió ocasionalmente al Jorasán donde reprimió alguna revuelta local.
En 1396 Miran Shah invitó a todos los príncipes kártidas aún vivos y los asesinó.
Anteriormente ya habían surgido algunas disputas entre padre e hijo por cuestiones de gobierno e impuestos, y su padre le había criticado por no lograr arrebatar a los yalayaríes la fortaleza de Alindjak.
En 1399 Miran Shah y su esposa Janzada se enemistaron al ser acusada ella de actos inmorales.
Su hijo Abu Bakr ibn Miran Shah se enfrentó a su hermano (nominalmente su superior) Muhammad Umar Mirza y finalmente Abu Bakr se impuso y entró en la capital, Tabriz, ese mismo año.
Uno de sus hijos, Sidi Ahmad ibn Miranshah (casado con Rukayya Sultan bint Kara Uthman Ak Koyunlu), fundó en Azerbaiyán el clan Miranshahi que va a ser influyente entre los Ak Koyunlu, los turcomanos de la Oveja Blanca.