Goza de un amplio apoyo en la sociedad marroquí, especialmente entre la población más pobre y en las universidades.
Realizó sus estudios primarios en Marrakech, en una escuela fundada por Mokhtar Soussi y posteriormente en el instituto Ibn Youssef.
Poco después de su excarcelación, en 1978, se le prohíbe predicar en ninguna mezquita del país.
Comienza publicando la revista Al-Jamaa, que fue duramente perseguida hasta su prohibición tras una quincena de números.
En esta revolución deposita la esperanza de una profunda reforma en todo el mundo árabe musulmán.
Mientras, la corona alauí se alinea con Estados Unidos e Israel en la condena a la revolución islámica en Irán.
Esta situación es transmitida al final de su discurso en la misma mezquita ante todos los fieles congregados.
Ese mismo año dirige una carta abierta al ya Rey Mohamed VI, en la que le insta a la “piedad y al temor a Dios en la gestión de los asuntos del pueblo marroquí y a la reparación de las injusticias cometidas y los derechos no respetados durante el reinado de su padre, Hassan II”.
Esta maniobra se interpreta como un lavado de imagen del Estado con el nuevo monarca para subrayar que en Marruecos los Derechos Humanos están asegurados, al haberse visto forzado por la situación.
Desde ese momento, se le permite libertad de movimiento, pero es permanentemente vigilado por la policía.
Teniendo en cuenta las enormes bolsas de pobreza que existen en Marruecos, esto significa una cantera integrista muy importante.
La organización siempre se ha mostrado distante del integrismo argelino y predica un islamismo radical no violento.
Frente a la actividad de la organización, el Majzen responde ofreciendo al pueblo dos alternativas para reorientar su religiosidad.
Este islamismo importado se ha construido fundamentalmente en torno a tres grupos, que han perpetrado numerosos atentados y asesinatos, como el de Casablanca: Separación y excomunión (Takfir Wal Hijra), liderado por Yusef Fikri, Camino recto (Assirat Al Mustakim) que es una escisión del grupo anterior, de Zakaria Miludi, y Yihad Salafista (Salafiyia Yihadihia), cuyo líder, Mohamed Fizazi, que apoya expresamente a Bin Laden, publicó en 1993 una “Carta al guía de Al Adl Wa Al Ihssan” en la que le acusaba de tibieza.
La participación nunca había sido tan baja y el 19% de los votos fueron invalidados.