Comienza desde la comisura de la boca, y se extiende hasta el cuello.
Para vaciar un abazón, usan las patas delanteras, comprimiendo desde atrás hacia delante el contenido del saco.
Un hámster, por ejemplo, puede mantener sus abazones llenos de alimento por un día entero.
Los abazones están expuestos a alimentos afilados y tropezones, lo cual puede causar infecciones o abscesos y, ocasionalmente, prolapso de la bolsa hacia el exterior.
El llenar el abazón con agua destilada tiende a solucionar el problema.