Consiste en un mecanismo que avisa al maquinista del estado de la próxima señal y detiene al tren en caso de que fuera a rebasar una señal con la luz roja.
Por entonces las redes ferroviarias de otros países ya disponían anteriormente de sistemas parecidos, lo que le permitió al ASFA un mayor avance tecnológico que sus competidores.
Ambos sistemas son compatibles entre sí y pueden utilizarse en una misma línea simultáneamente.
El sistema se compone de dos equipamientos, uno situado junto a cada señal y compuesto principalmente por una baliza que transmite el estado de esa señal, y un equipo a bordo del tren que lo detiene si no se actúa conforme a las señales.
Esto permite, en comparación con una antena que sencillamente detecte una frecuencia emitida, evitar la necesidad de que la baliza reciba alimentación eléctrica de forma continua.
La frenada de emergencia se produce directamente si la baliza pasada indicaba parada, o si una baliza previa indicaba próxima señal en parada y la velocidad a la que se circula no es inferior a la necesaria para detener el tren.