En 1988, el armador griego Mínos Kyriakoú puso en marcha una emisora de radio en Atenas, y meses después consiguió una licencia para emitir en Salónica.
Un año después, el Gobierno griego liberalizó el mercado televisivo, lo que animó a Kiriakou a solicitar una concesión de televisión nacional.
Para destacar entre la competencia, Kiriakou contrató a productoras que adaptaron los programas más populares de la televisión estadounidense al público griego.
El canal se convirtió con rapidez en el más visto del país, condición que mantuvo hasta 2005.
Actualmente, su parrilla se nutre de ficción griega, entretenimiento e informativos.