Hacia mediados de los años 30, la Associated Equipment Company se introduce en América del Sur para comercializar sus vehículos bajo la marca ACLO.
[1] Al poco tiempo de su introducción al continente logró una gran notoriedad y se convirtió en la marca preferida por transportistas de Argentina, Brasil y Uruguay.
[2] Además, en dicho país, llegaron a fabricarse una amplia cantidad de modelos.
[3] En los años sesenta, se importaron en el Río de la Plata, los modelos ACLO carrozados por la firma holandesa Verheul.
Cabe destacar que en muchas ocasiones se adquiría el chasis, y las carrocerías eran fabricadas por industrias nacionales.