Bajo el lema Participación, Desarrollo, Paz, esta conmemoración destacó la importancia de la juventud en la construcción de un futuro sostenible y equitativo, promoviendo valores como la paz, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos.
[2] El contexto histórico que condujo a su proclamación incluyó desafíos globales como el desempleo juvenil, la desigualdad en el acceso a la educación y la creciente importancia de los movimientos juveniles en un mundo marcado por tensiones de la Guerra Fría.
[4] Durante este año, se llevaron a cabo intercambios culturales, eventos deportivos y talleres educativos para promover los ideales de participación, desarrollo y paz.
También se fomentó la formulación de políticas nacionales e internacionales orientadas a la juventud.
Un Comité Asesor Internacional, compuesto por 23 Estados miembros, supervisó la preparación y ejecución de actividades, con énfasis en la diversidad geográfica y las prioridades de cada región.