[1] En un primer camino se le conoce como el padre de todos los Echus,[2] venerado en piedra laterítica.
Se dice que fue cortado en más de 200 pedazos por Orunmila, utilizando una espada, como castigo por ser tan voraz.
Al poseer el poder de la vida, brinda la prosperidad y la fertilidad a sus seguidores.
Se le reconoce como rencorosa con sus enemigos, a los cuales nunca perdona.
A esta Deidad se le atribuye una extrema fuerza y furia, se le relaciona con tempestades y los remolinos de Oya, utilizando estos últimos para trasladarse, al ser tan pequeña.