Aunque se transmiten un total de 525 líneas, solo 480 son efectivas para mostrar la imagen.
En el sistema NTSC, originalmente había 486 líneas activas, pero esta cifra se ajustó a 480 en versiones posteriores.
Un cuadro completo en este formato se divide en dos campos: uno par y otro impar.
Este enfoque evita confusiones sobre el inicio de cada campo y asegura que las líneas correspondan a las imágenes reales presentadas.
Esto permite su uso en diversas plataformas digitales modernas mientras mantiene su relevancia histórica en la transición desde la televisión analógica.