Este formato nunca fue muy difundido, y si bien era habitual a principios de los años 1970 ver tocadiscos con esta velocidad, nunca se produjeron discos en forma masiva.
Desde su lanzamiento hasta su absoluta desaparición, hubo un muy corto periodo en que se publicaron estos discos, y en muy poca cantidad, por esta razón estos discos son considerados verdaderas reliquias de coleccionistas, mucho más difíciles de conseguir que los discos de 78 RPM.
[1] Pese a ser ideado para propósito de sonido con baja fidelidad, se llegaron a editar grabaciones musicales, por su baja velocidad el "ruido a púa" era más notable, por eso éstas tenían que estar ecualizadas en un volumen alto, y tener la precaución de que la canción fuera "tranquila", o sea no tuviera saltos de volumen.
Esto y la alta duración del disco causaban que fuera más costoso.
También se intentó usar por el pequeño tamaño (siete pulgadas) y su baja velocidad (o sea su gran duración) para escuchar estos discos en el automóvil; esta idea también fracasó, en realidad todo tocadiscos en un automóvil no tuvo éxito, porque el automóvil tendría que estar estacionado para que el tocadiscos funcionara correctamente.