La fortaleza pasó del imperio otomano al austrohúngaro en varias ocasiones, debido a su importante posición geoestratégica.
La etimología del nuevo y actual nombre, Šabac, es incierta, pero desciende probablemente de la palabra Sava.
El ejército turco finalmente abandonó el fuerte de Šabac en 1867, poniendo fin a la presencia otomana en la zona.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Šabac se convirtió en una moderna ciudad industrial con la mencionada planta química "Zorka".
Muchas grandes empresas como "Šapčanka", "Izgradnja" y "Nama" quebraron durante la crisis de la economía yugoslava.
Hoy en día existen algunas empresas poderosas, como "Šabačka Mlekara", "Narcis Popović", "Zorka Pharma" y "Hesteel".