Órbita inclinada

Una órbita geosíncrona es una órbita inclinada con una altitud de unos 37 000 km (23 000 mi) que completa una revolución cada día sidéreo trazando un pequeño analema (forma de ocho) en el cielo.

Debido a su inestabilidad inherente, las órbitas geoestacionarias se inclinarán eventualmente si no se corrigen con sistemas de mantenimiento de posición orbital.

Al final de la vida útil del satélite, cuando el combustible se acerca al agotamiento, los operadores de satélites pueden decidir omitir estas costosas maniobras corrección de la inclinación y controlar únicamente la excentricidad orbital.

Esto prolonga la vida útil del satélite, ya que consume menos combustible con el tiempo, pero a cambio solo puede comunicarse con antenas terrestres que sean capaces de seguir el movimiento norte-sur, es decir estaciones terrestres de seguimiento de satélites.

Una órbita heliosíncrona es una órbita inclinada que realiza una precesión a la misma velocidad que la del Sol en su movimiento a lo largo de la eclíptica, lo cual hace que el satélite se eleve sobre un lugar fijo en la superficie del planeta a la misma hora solar media cada día.