La isla fue avistada una vez por James Cook en 1774 durante su segundo viaje a Nueva Zelanda.
En 1840 los misioneros cristianos, tanto protestantes como católicos llegaron, junto con los comerciantes que buscaban sándalo.
Los franceses tomaron posesión de la isla en 1853 con lo cual los nativos Kunies fueron convertidos a la religión católica.
Accesible por barco y avión desde Numea, es uno de los lugares más turísticos del archipiélago.
Es en este municipio que se encuentran las ruinas de la colonia penal invadida por la vegetación tropical.