Sirvió con distinción y fue nombrado ayudante del general en la toma de Furnes.
Una disputa sobre Jean-Paul Marat le supuso el arresto y la condena a muerte.
Fue encarcelado algún tiempo y, para evitar esta sospecha permanente, abandonó el servicio pretextando los achaques de sus numerosas heridas (1797).
En la Academia estuvo a favor de los clásicos y votó contra Víctor Hugo.
En 1824 su tragedia Sylla triunfó en parte gracias al genio del gran actor Talma, quien se inspiró en Napoleón para bordar el papel; alcanzó las ochenta representaciones seguidas.