Entre estas últimas, destacarían la propia guerra nuclear, la posesión de armas nucleares y su desarme.
El concepto ética nuclear ha obtenido relevancia tanto después de la Segunda Guerra Mundial como durante la Guerra Fría.
Dado que la ética persigue en última instancia la vida buena y para ello elabora en proporción una serie de normas morales que rigen la conducta humana, la ética nuclear defiende a ultranza que la energía nuclear no contribuye a la destrucción de la Humanidad.
También la Crisis de los Misiles entre Cuba y Estados Unidos reflejó el pánico generalizado a que una maniobra desafortunada pudiera desatar el caos.
Así y todo, resulta necesario que tanto las autoridades como la sociedad civil se familiarice con un concepto como ética nuclear.