Élisabeth de Vaudey

Miembro de la baja nobleza, Élisabeth fue descrita por sus contemporáneos como "una mujer muy guapa, ingeniosa, (...), con una bonita voz, bien educada, pero también muy intrigante".No obstante, otros se refirieron a ella como "encantadora, enteramente agraciada, enteramente dulce, con un bonito rostro, muy buenos dientes, cabello rubio admirable, una nariz aguileña, una mano notable, un muy pequeño pie".Durante el viaje, Élisabeth atrajo la atención del emperador, convirtiéndose poco después en su amante favorita.Tras subir por ella, Josefina oyó las voces de ambos, quienes incluso llegaron a mencionar su nombre.Tras un larga espera, la puerta se abrió y Josefina pudo comprobar que la habitación estaba desordenada.