Álvaro Enrigue

[2]​ Estudió la licenciatura en Periodismo en la Universidad Iberoamericana, donde después trabajó como profesor de literatura.Su obra ha sido traducida, entre otras lenguas, al inglés, alemán, francés, checo y chino.Esta duda crece conforme el libro avanza y los planes del heredero se complejizan de maneras casi ridículas.La narración, ágil y rápida, remite a la vida de la metrópoli en donde tiene lugar la acción.Sólo suceden, uno al lado del otro, no en progresión, sino en simultaneidad temporal.Por su estructura formal y por sus indagaciones temáticas, Carlos Fuentes, uno de sus primeros reseñistas, relacionó Vidas perpendiculares con la obra del estadounidense William Faulkner, y con Orlando de Virginia Woolf, por el manejo del tema de las metamorfosis que pueden tener el protagonista por y a través del texto.El boliviano Edmundo Paz Soldán, por otra parte, emparentó la novela especialmente con “Funes el memorioso”, relato del Jorge Luis Borges, y con Ghostwritten, novela de David Mitchell.Brinda, además, un acercamiento al Manual de Carreño, en tanto modelo ideológico fundamental para América Latina, y una mirada sobre la representación del continente americano hecha por los jesuitas, la cual consistía, según palabras de Enrigue, en mercantilizar el futuro.El ensayo titulado “Las prótesis del imperio” gira en torno a la representación que los jesuitas, ya en su exilio italiano, elaboraron de América desde la trinchera escrituraria, la cual conformó “la primera raíz de esa gran prosa latinoamericana [que] en el sentido más amplio del término está ahí, en la eclosión de los jesuitas en Italia” y marcó también la pauta para empezar un marketing del continente, que alimentaría la idea europea de invertir en él.En este sentido, Álvaro Enrigue cuestiona al crítico uruguayo, criticando las maneras en que se ha leído la historia de la clase media y su impacto en la literatura latinoamericana; además, deja abierta la posibilidad de que el lector formule sus propias preguntas e indague para encontrar las respuestas.Con Muerte súbita, Álvaro Enrigue hace del juego literario una actividad compartida con el lector: una novela que alberga múltiples posibilidades y que responde, entre otras preguntas, a las siguientes: ¿qué pasaría si contáramos los hechos de otra manera?, ¿qué es, al fin de cuentas, el mundo, sino palabras?