Barcsay llevó a cabo una amplia carrera diplomática bajo el gobierno de Jorge Rákóczi I y fungió de mediador entre católicos y protestantes.
Bajo el gobierno de Jorge Rákóczi II, Barcsay fue nombrado en 1657 regente transilvano junto con Francisco Rhédey y Esteban Serédy, puesto que el Príncipe condujo una campaña militar contra Polonia sin autorización del sultán otomano.
Sin embargo, en 1658, renunció nuevamente a su cargo en favor de Jorge Rákóczi II, quien dirigió un alzamiento militar.
Ákos Barcsay fue elegido su sucesor, el cual comenzó una nueva campaña por el trono.
Para asegurar la paz, Ákos prometió un enorme impuesto a los otomanos, entregándoles también varios territorios húngaros y prometiendo la captura de varios voivodas valacos y del propio Jorge Rákóczi II, con lo que logró que las tropas turcas se retirasen en octubre del mismo año.