En teoría, todos los seres pueden alcanzar ese estado perfeccionándose a través de muertes y reencarnaciones hasta convertirse en tirthankaras.[1] El nombre tīrthankara procede del término tīrtha (generalmente traducido como ‘vado’) y kara (‘hacer’).La referencia a estos vados debe entenderse según la palabra india que hace referencia a montañas, templos, bosques y por supuesto ríos en los que es más fácil cruzar el mundo del saṃsāra hacia la liberación.[3] Es frecuente que los tirthankaras reciban apelativos militares como jina, conquistador o vencedor, y otros como los kevalin u omniscientes.En la propia esencia del tirthankara, que habita indiferente en un no-mundo fuera del nuestro, está el hecho de que no puede recibir nada de los creyentes ni tampoco entregarles nada ni ayudarles.[5][6] Los tirthankaras, como se repite insistentemente, fueron en un momento humanos normales que vencieron al karma y lograron su liberación.Tras ello habrían predicado el jainismo que, en aquellos momentos, se encontraba olvidado, hasta restablecerlo.[8] Igualmente, Heinrich Zimmer propuso que Rishabha, primer tirthankara, habría existido también y se trataría de un sabio hijo del rey Visvamitra.