En idioma siciliano "fari vagnari 'u pizzu" significa pagar la protección.
La práctica está muy extendida en el sur de Italia, no solo por la Cosa Nostra, sino también por la 'Ndrangheta en Calabria y la Camorra en Campania.
[2] Las empresas que se niegan a pagar el pizzo pueden sufrir actos delictivos como incendios intencionados.
La recolección del pizzo mantiene a la mafia en contacto con la comunidad y le permite "controlar su territorio".
[6] Según una investigación realizada por la Universidad de Palermo, el pizzo se eleva a 457 euros al mes para los comerciantes minoristas y 578 para los hoteles y restaurantes, pero las empresas de construcción tienen que pagar más de 2.000 euros al mes, según el diario económico Il Sole 24 Ore.