Las lenguas lencas son una pequeña familia lingüística procedente de América Central , cuyos hablantes antes de la conquista española se extendieron por El Salvador y Honduras . Pero para principios del siglo XX, solo sobrevivían dos lenguas de la familia, el lenca salvadoreño o potón y el lenca hondureño , las cuales fueron descritas y estudiadas académicamente; de ellas, solo el lenca salvadoreño aún cuenta con hablantes actuales, a pesar de que los indígenas pertenecientes a la etnia lenca superan entre 37.000 y 100.000 personas. [1] [2] [3]
Hay dos lenguas lencas atestiguadas:
Las lenguas no están estrechamente relacionadas; Swadesh (1967) estimó que transcurrieron 3.000 años desde su separación. Arguedas Cortés (1987) reconstruye el protolencano con 12 consonantes (incluidas las eyectivas ) y 5 vocales.
Las relaciones externas de las lenguas lencas son motivo de controversia. Con frecuencia se ha propuesto su inclusión dentro del macrochibcha ; Campbell (1987) informó que no encontró evidencia sólida de tal conexión, pero Constenla-Umaña (2005) propuso una correspondencia regular entre el lenca, el misumalpan y el chibcha.
Campbell (2012) reconoce que estas afirmaciones de conexión entre el lenca, el misumalpan y el chibcha no han sido aún probadas sistemáticamente, pero señala que Constenla-Umaña (2005) "presentó evidencia para apoyar una relación con dos familias vecinas [de lenguas]: misumalpan y lenca, que constituyen el microfilo lenmichí. Según el estudio de Constenla-Umaña (2005), el microfilo lenmichi se dividió primero en protochibcha y protomisulenca, el ancestro intermedio común de las lenguas lenca y misumalpa. Esto habría sucedido alrededor de 9,726 años antes del presente o 7,720 a. C. (el promedio de las profundidades temporales entre las lenguas chibcha y misulenca)... Los respectivos subancestros de las lenguas lenca y misumalpa se habrían separado alrededor de 7,705 antes del presente (5,069 a. C.), y el Paya y los otros ancestros intermedios de todas las demás lenguas chibchas se habrían separado alrededor del año 6.682 (4.676 a. C.)". [5] [6]
Otra propuesta de Lehmann (1920:727) vincula el lencan con la familia de lenguas xincan , aunque Campbell (1997:167) rechaza la mayoría de las doce comparaciones léxicas de Lehmann por considerarlas inválidas. Un análisis computacional automatizado ( ASJP 4) de Müller et al. (2013) [7] también encontró similitudes léxicas entre el lencan y el xincan . Sin embargo, dado que el análisis se generó automáticamente, la agrupación podría deberse a un préstamo léxico mutuo o a una herencia genética.
Lo más probable es que la tierra natal de los protolencas estuviera en el centro de Honduras (Campbell 1997:167).
A finales del siglo XIX y principios del XX, el uso del lenca hondureño y del lenca salvadoreño comenzó a declinar. En la década de 1950, el lenca hondureño ya se encontraba en un estado crítico de extinción, pues el único lugar donde había hablantes era Guajiquiro . En 1982 se encontró un hablante de lenca hondureño en Guajiquiro. [8] [9] [10] [11] En la década de 1970, murió en Chilanga , Anselmo Hernández, el último hablante competente de lenca salvadoreño. En la década de 1990, se encontraron algunos semihablantes de lenca hondureño. Se asumió que lo más probable es que las lenguas estuvieran extintas, y se creía que era muy poco probable que hubiera ancianos con algún conocimiento o memoria de ambas lenguas, y también se creía que era muy improbable que se pudieran encontrar hablantes fluidos. Actualmente se cree que el lenca hondureño está extinto. [9] [10]
En el caso del lenca salvadoreño , a finales de los años noventa Consuelo Roque, lingüista de la Universidad de El Salvador (UES), encontró a Mario Salvador Hernández de Guatajiagua (un semihablante que es considerado el último hablante nativo por los periódicos salvadoreños, y específicamente de la variante de esa población, y que aprendió la lengua de su abuela) y ambos escribirían una cartilla de aprendizaje titulada en español: Poton piau, nuestra lengua Potón. [12] Sin embargo, el lingüista Alan R. King, en su libro de 2016 titulado Conozcamos el Lenca, una lengua de El Salvador (donde también utilizó como referencia la cartilla de Potón Piau), señala que (traduciendo al español: "Hoy nadie sabe hablar lenca, aunque ciertos individuos tienen recuerdos de—o han aprendido—algunos fragmentos de esa lengua hoy perdida. Este tipo de conocimiento parcial no se acerca ni remotamente, en todo caso que hayamos podido verificar, a un dominio real de la lengua histórica, cuya desaparición se remonta a mediados del siglo XX...". [13]
Mientras que en el caso del lenca hondureño , el lingüista estadounidense Alan R. King , en compañía de su colega James Morrow, en 2017 publicaron el libro Kotik molka niwamal (que del lenca hondureño traducido al español significa Aprendamos a hablar lenca ), que es una recopilación de palabras en lenca entre las comunidades aún existentes que abre la posibilidad de recuperar una parte significativa de la lengua. Actualmente en El Salvador existen proyectos de rehabilitación del lenca salvadoreño para evitar su extinción. [14]
Una novela de 2002 de Roberto Castillo , La guerra mortal de los sentidos , narra las aventuras del "Buscador de la lengua lenca". [15]
Reconstrucciones proto-Lenca de Arguedas (1988): [16]
{{cite news}}
: CS1 maint: bot: estado de URL original desconocido ( enlace )