La vida: manual de instrucciones (título original La vida como modo de empleo ) esla novela más famosa de Georges Perec , publicada en 1978 y traducida por primera vez al inglés por David Bellos en 1987. Su portada la describe como "novelas", en plural, cuyas razones se hacen evidentes al leerla. Algunos críticos han citado la obra como un ejemplo de ficción posmoderna , pero Perec prefirió evitar las etiquetas y su única afiliación a largo plazo con algún movimiento fue con el Oulipo o OUvroir de LIttérature POtentielle .
La vida en modo de empleo presenta muchas historias e ideas entrelazadas, así como alusiones literarias e históricas. Se basa en las vidas de los habitantes de un bloque de apartamentos parisino ficticio, el 11 de la rue Simon-Crubellier. Fue escrita de acuerdo con un plan complejo de restricciones de escritura y está construida principalmente a partir de varios elementos, cada uno de los cuales agrega una capa de complejidad.
Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, un inglés tremendamente rico, Bartlebooth (cuyo nombre combina dos personajes literarios, Bartleby de Herman Melville y Barnabooth de Valery Larbaud ), diseña un plan que ocupará el resto de su vida y en el que gastará toda su fortuna. Primero, pasa 10 años aprendiendo a pintar acuarelas bajo la tutela de Valène, una artista que vive en el 11 de la rue Simon-Crubellier, donde Bartlebooth también compra un apartamento. Luego, se embarca en un viaje de 20 años alrededor del mundo con su fiel sirviente Smautf (también residente en el 11 de la rue Simon-Crubellier), pintando una acuarela de un puerto diferente aproximadamente cada dos semanas, hasta un total de 500 acuarelas.
Bartlebooth envía luego cada cuadro a Francia, donde se pega el papel a una tabla de soporte y un artesano cuidadosamente seleccionado llamado Gaspard Winckler (también residente en el 11 de la rue Simon-Crubellier) lo corta para formar un rompecabezas . A su regreso, Bartlebooth pasa su tiempo resolviendo cada rompecabezas y recreando la escena.
Cada rompecabezas terminado es tratado para volver a encuadernar el papel con una solución especial inventada por Georges Morellet, otro residente del 11 de la rue Simon-Crubellier. Después de aplicar la solución, se retira el soporte de madera y el cuadro se envía al puerto donde fue pintado. Exactamente 20 años después del día en que fue pintado, el cuadro se coloca en una solución de detergente hasta que los colores se disuelven y el papel, en blanco excepto por las tenues marcas donde fue cortado y vuelto a unir, se devuelve a Bartlebooth.
Al final, no habría nada que mostrar después de 50 años de trabajo: el proyecto no dejaría absolutamente ninguna huella en el mundo. Desafortunadamente para Bartlebooth, los rompecabezas de Winckler se vuelven cada vez más difíciles y Bartlebooth se queda ciego. Un fanático del arte también interviene en un intento de evitar que Bartlebooth destruya su arte. Bartlebooth se ve obligado a cambiar sus planes y hacer quemar las acuarelas en un horno local en lugar de enviarlas de vuelta al mar, por miedo a que los involucrados en la tarea lo traicionen. En 1975, Bartlebooth lleva 16 meses de retraso en sus planes y muere cuando está a punto de terminar su rompecabezas número 439. El último agujero del rompecabezas tiene la forma de la letra X, mientras que la pieza que sostiene tiene la forma de la letra W.
El bloque entero se presenta congelado en el tiempo, el 23 de junio de 1975, poco antes de las 20 horas, momentos después de la muerte de Bartlebooth. No obstante, el sistema de restricciones crea cientos de historias separadas sobre los habitantes del bloque, pasados y presentes, y las otras personas en sus vidas. La historia de Bartlebooth es el hilo conductor principal, pero se entrelaza con muchas otras.
Otro hilo conductor es el proyecto final del pintor Serge Valène. Bartlebooth lo contrata como tutor antes de emprender su gira por el mundo y se compra un piso en el mismo bloque en el que vive Valène. Es uno de los varios pintores que han vivido en el bloque a lo largo del siglo. Su intención es pintar todo el bloque de apartamentos, visto en alzado sin la fachada, mostrando a todos los ocupantes y los detalles de sus vidas: Valène, un personaje de la novela, intenta crear una representación de la novela en forma de pintura. El capítulo 51, que se encuentra en la mitad del libro, enumera todas las ideas de Valène y, en el proceso, selecciona las historias clave vistas hasta ahora y las que aún están por venir.
Tanto Bartlebooth como Valène fracasan en sus proyectos; el fracaso es un tema recurrente en muchas de las historias.
Uno de los proyectos más antiguos de Perec fue la descripción de un bloque de apartamentos parisino tal como se vería si se quitara toda la fachada, dejando al descubierto todas las habitaciones. Perec estaba obsesionado con las listas: una descripción así sería exhaustiva hasta el último detalle.
Si bien la narrativa de Bartlebooth es la historia central del libro, el número 11 de la rue Simon-Crubellier es el tema de la novela. El número 11 de la rue Simon-Crubellier ha quedado congelado en el instante en el que Bartlebooth muere. Hay gente congelada en diferentes apartamentos, en las escaleras y en los sótanos. Algunas habitaciones están vacías.
La narración se desarrolla como un caballo en una partida de ajedrez, un capítulo por cada habitación (por lo tanto, cuantas más habitaciones tiene un apartamento, más capítulos se le dedican). En cada habitación aprendemos sobre los residentes de la habitación, o sobre los residentes anteriores de la habitación, o sobre alguien con quien han entrado en contacto.
Muchos de los personajes del número 11 de la rue Simon-Crubellier, como Smautf, Valène, Winckler y Morellet, tienen una conexión directa con la búsqueda de Bartlebooth. Por ello, en esas habitaciones la narrativa del enigma de Bartlebooth tiende a extenderse más. Sin embargo, muchas de las narraciones están vinculadas a Bartlebooth únicamente por estar relacionadas con la historia del número 11 de la rue Simon-Crubellier.
El recorrido de un caballero como medio para generar una novela fue una idea que el grupo Oulipo tenía desde hacía mucho tiempo . Perec concibe la elevación del edificio como una cuadrícula de 10x10: 10 pisos, incluidos sótanos y áticos, y 10 habitaciones de ancho, incluidas dos para la escalera. Cada habitación está asignada a un capítulo, y el orden de los capítulos está determinado por los movimientos del caballo en la cuadrícula. Sin embargo, como la novela contiene solo 99 capítulos, sin pasar por un sótano, Perec expande el tema del fracaso de Bartlebooth también a la estructura de la novela.
El contenido de la novela de Perec se generó en parte mediante 42 listas, cada una de las cuales contenía 10 elementos (por ejemplo, la lista "Telas" contiene diez telas diferentes). Perec utilizó cuadrados grecolatinos o "bicuadrados" para distribuir estos elementos a lo largo de los 99 capítulos del libro. Un bicuadrado es similar a un sudoku , aunque más complicado, ya que se deben distribuir dos listas de elementos a lo largo de la cuadrícula. En el ejemplo ilustrado, estas dos listas son las tres primeras letras de los alfabetos griego y latino; cada celda contiene un carácter griego y uno latino y, como en un sudoku, cada fila y columna de la cuadrícula también contiene cada carácter exactamente una vez. Utilizando el mismo principio, Perec creó 21 bicuadrados, cada uno de los cuales distribuía dos listas de 10 elementos. Esto le permitió distribuir las 42 listas de 10 elementos a lo largo de los 99 capítulos. Cualquier celda dada en el mapa 10x10 del edificio de apartamentos podría ser referenciada de forma cruzada con la celda equivalente en cada uno de los 21 bicuadrados, de modo que para cada capítulo podría producirse una lista diferente de 42 elementos a mencionar.
Los elementos de las Listas 39 y 40 ("Gap" y "Wrong") no son más que los números del 1 al 10; si Perec consultara el bicuadrado "Wrong" y encontrara, por ejemplo, un "6" en una celda dada, se aseguraría de que el capítulo correspondiente a esa celda haría algo "incorrecto" al incluir la tela, el color, el accesorio o la joya particular que los bicuadrados de las listas del grupo 6 habían asignado a la celda/capítulo en cuestión.
Perec también subdividió 40 de estas listas en 10 grupos de cuatro (el sexto subgrupo, por ejemplo, contiene las listas "Telas", "Colores", "Accesorios" y "Joyas", [1] ), lo que dio a la máquina generadora de historias una capa adicional de complejidad.
Otra variación proviene de la presencia de las Listas 39 y 40 en el décimo subgrupo; las Listas 39 y 40 a veces enumeraban su propio subgrupo como el que debía ser alterado en un capítulo determinado. Según el biógrafo de Perec, David Bellos, este aspecto autorreflexivo de las Listas 39 y 40 "le permitió aplicar 'brecha' en tales casos al no omitir ninguna otra restricción en el grupo ('abrir la brecha') o al omitir una restricción en un grupo no determinado por el número bicuadrado ('hacer mal lo incorrecto') o al no equivocarse en nada en absoluto ('abrir la brecha lo incorrecto')". [1] Las listas 41 y 42 forman colectivamente diez "parejas" (como "Orgullo y prejuicio" y "Laurel y Hardy") que están exentas de las interrupciones de las listas "brecha" y "incorrecto" que afectan a las primeras cuarenta listas. [2] Es importante señalar que Perec reconoció que las listas a menudo eran meros indicios; ciertos capítulos incluyen muchos menos de 42 de sus elementos prescritos.
En el apéndice del libro se incluye una cronología de los acontecimientos a partir de 1833, un índice de 70 páginas, una lista de las aproximadamente 100 historias principales y un plano de la elevación del bloque en forma de cuadrícula de 10 x 10. El índice enumera muchas de las personas, lugares y obras de arte que se mencionan en el libro:
En The New York Times Book Review , el novelista Paul Auster escribió: «Georges Perec murió en 1982 a la edad de 46 años, dejando atrás una docena de libros y una brillante reputación. En palabras de Italo Calvino , fue «una de las personalidades literarias más singulares del mundo, un escritor que no se parecía en nada a ningún otro». Nos ha llevado un tiempo darnos cuenta, pero ahora que su obra principal –La vida: manual del usuario (1978)– ha sido finalmente traducida al inglés, nos resultará imposible volver a pensar en la escritura francesa contemporánea de la misma manera». [3]