Son todos aquellos animales que viven en libertad sin recibir ninguna ayuda directa del hombre para obtener sus necesidades (alimento, pareja reproductiva, refugio, agua etc.) se incluyen todos los organismos, desde los invertebrados más pequeños hasta los vertebrados más grandes.
No saben exactamente cuándo comerán y tienen que decidir si continuarán en busca de alimento o descansar para ahorrar energía.
En general, se dice que la fauna salvaje es uno de los “recursos” naturales renovables básicos, junto al agua, el aire, el suelo y la vegetación; es decir, un beneficio que podemos utilizar y reponer para utilizarlo continuamente.
Debido a la crisis ambiental, se ha creado un nuevo concepto, el “valor de existencia”, que establece la disposición a pagar para asegurar la existencia de un recurso, por ejemplo, una especie amenazada, sin pretender un uso posterior.
Estos valores se estiman, usualmente, por medio de encuestas o consultas a expertos.
Sin embargo, cuando se maneja debidamente, puede constituir un importante recurso complementario en grandes extensiones.
El criterio de recurso natural inagotable ahora a cambiado Los animales salvajes tienen un valor desde muchos puntos de vista como el estético, económico, comercial y cinegético entre otros, pero pocas veces son percibidos con un valor ecológico.
En los zoológicos modernos existen algunos objetivos como; recreación, educación, conservación e investigación, y en estas dos últimas entra la reproducción involucrándose algunas áreas como: anatomía, fisiología, endocrinología, nutrición, patología, manejo y etología que conlleva expertos en cada uno de los distintos temas.
Los animales salvajes tienen su ciclo de vida en áreas geográficas naturales en donde se han adaptado a las diferentes características que sus nichos les ofrecen y que además en su nicho encuentran los elementos necesarios para satisfacer sus necesidades energéticas, fisiológicas, metabólicas y reproductivas.