Es considerada en su país como un símbolo de devoción religiosa, y fue canonizada como Santa en 1950 por la Iglesia Católica.
Antes de que muriera su padre, ella siempre le preguntaba cuándo podría hacer su primera comunión y su padre le decía que cuando fuese voluntad de Dios, ya que ella siempre anhelaba hacer su primera comunión.
A los once años hizo la primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado.
Serenelli reaccionó a estas palabras con descontrol completo, desgarrándole el vestido y apuñalándola salvajemente once veces con una lima a la que había dado forma de cuchilla; cuando Alessandro vio a la malherida María tratando de arrastrarse hacia la puerta, la apuñaló en la espalda tres veces más y se encerró en su cuarto esperando ser arrestado.
María perdonó a Alessandro Serenelli en dos oportunidades: se lo dijo a él inmediata y directamente tras notar la impresión en el rostro de su verdugo luego de herirla, supuestamente afirmando "No es nada Alessandro, te perdono";[3] y luego, en declaración solemne al arcipreste que la asistió minutos antes de su muerte, cuando habría declarado: "...lo perdono por amor a Jesús... Y quiero que esté conmigo en el Paraíso... Que Dios lo perdone, que yo ya lo he perdonado".