Pertenece al clan montenegrino Drobnjaci, y fue juzgado por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia por su implicación en matanzas de civiles durante las Guerras Yugoslavas.
El tribunal sentenció además que se le podía liberar una vez cumplidos los dos tercios de su condena, lo cual posiblemente ocurrirá con Šljivančanin.
Šljivančanin fue acusado en 1995, junto a Mile Mrkšić, Miroslav Radić y Slavko Dokmanović por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.
La acusación lo imputaba por su responsabilidad en la masacre de Vukovar donde perecieron aproximadamente 260 prisioneros no serbios.
La sentencia causó gran indignación en el público y la prensa croata, con los líderes políticos de la nación manifestando su descontento por el veredicto.