Tito Albucio ( pretor c. 105 a. C.) fue un destacado orador de la última época de la República romana .
Terminó sus estudios en Atenas a fines del siglo II a. C. y perteneció a la secta epicúrea . Conocía bien la literatura griega o, mejor dicho, como dice Cicerón , era casi griego. [1] Debido a que siempre hablaba de la lengua y la filosofía griegas, fue satirizado por Lucilio , cuyas líneas sobre él conserva Cicerón, [2] y el propio Cicerón habla de él como un hombre de mente frívola. Acusó, aunque sin éxito, a Mucio Escévola , el augur, de mala administración ( repetundae ) en su provincia. [3]
En el año 105 a. C., Albucio era pretor en Cerdeña y, como consecuencia de un éxito insignificante que había obtenido sobre unos ladrones, celebró un triunfo en la provincia. A su regreso a Roma , solicitó al Senado el honor de una supplicatio , pero se lo denegaron y, en el año 103 a. C., fue acusado de repetundae por Cayo Julio César (el mayor) y condenado. Pompeyo Estrabón se había ofrecido como acusador, pero no se le permitió llevar a cabo la acusación, porque había sido cuestor de Albucio. [4] Después de su condena, se exilió en Atenas y se dedicó al estudio de la filosofía. [5] Dejó tras de sí algunas oraciones, que habían sido leídas por Cicerón. [1]
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