Thomas Maria Mamachi (4 de diciembre de 1713 en Quíos - 7 de junio de 1792 en Corneto , cerca de Montefiascone ), fue un teólogo e historiador dominico italo-griego.
A los dieciséis años ingresó en el convento de Quíos y pasó más tarde al de San Marcos en Florencia y al de Minerva en Roma .
En 1740 fue nombrado profesor de física en la universidad romana La Sapienza , y en 1743 enseñó filosofía en la Propaganda Fide . Su residencia en Florencia y Roma le puso en contacto con hombres brillantes de su orden, por ejemplo Giuseppe Agostino Orsi , Divelli y Daniello Concina , y facilitó enormemente su progreso en sus estudios. Colaboró con Orsi en su "De Romani pontificis in synodos oecumenicas et earum canones potestate".
Poco después, el papa Benedicto XIV lo nombró prefecto de la Biblioteca Casanatense, maestro de teología y consultor de la Congregación del Índice . Debido a su cargo, tuvo que tomar parte en la controversia entre los apelantes ( jansenistas ) y los jesuitas , y mostró una imparcialidad que aumentó enormemente las dificultades de su ansiosa y laboriosa posición. Se enfrascó en animadas controversias teológicas con Gian Domenico Mansi y Cadonici.
Tuvo que intervenir también en la controversia sobre la beatificación de Juan de Palafox y Mendoza . En un escrito publicado sobre esta cuestión, trató con severidad al partido jesuita que se oponía a la beatificación; pero no fue menos enérgico al tratar con sus oponentes, los apelantes y la Iglesia jansenista de Utrech .
Fue director de la revista eclesiástica de Roma (1742-1785) y estableció en su residencia una reunión de la sociedad culta romana.
Mamachi era un ferviente defensor del poder del Romano Pontífice. Involucrado en todas las controversias de la época, fue uno de los primeros en enfrentarse a Johannes Nicolaus Von Hontheim (Febronius). Pío VI lo nombró secretario del Índice (1779) y luego maestro del Sacro Palacio , y con frecuencia se valió de sus consejos y de su pluma.
La gran obra de Mamachi debía ser sus Antigüedades cristianas, pero sus trabajos en el campo del dogma y la jurisprudencia absorbieron tanto de su tiempo que sólo publicó cuatro de los veinte libros que tenía previstos. Además, vivió en una época en la que el buen método inaugurado por Antonio Bosio había sido abandonado y, considerada como obra arqueológica, la síntesis que había proyectado carecía de valor. Sin embargo, una segunda edición apareció en 1842-1851.
Sus principales escritos son: