En la mitología griega , Teonoe ( griego antiguo : Θεονόη) era la hija micénica del profeta Téstor y posiblemente de Polímele , [1] hermana de Teoclímeno , Calcas , [2] Leucipe . [3] Su nombre significa "sabiduría divina" y proviene de theós 'dios' y nóos o noûs 'mente'. [4]
Mientras Teonoe jugaba al aire libre, fue raptada por piratas que la llevaron a Caria en su barco, donde el rey Ícaro la compró como concubina. Testor, sin embargo, fue en busca de su hija perdida y, como resultado de un naufragio, llegó a la tierra de Caria, donde fue capturada y golpeada con cadenas en el lugar donde se encontraba Teonoe.
Años después, Leucipe, que había perdido a su padre y a su hermana, preguntó a Delfos si debía buscarlos. Apolo le respondió: «Ve por toda la tierra como mi sacerdote y los encontrarás». Leucipe, al oír esta respuesta, se cortó el pelo y se disfrazó de joven sacerdote. Fue de país en país para encontrarlos. Cuando llegó a Caria, Teonoe la vio y, pensando que era un sacerdote, se enamoró de «él» y le pidió que lo llevara a su dormitorio para poder acostarse con «él». Pero Leucipe, al revelarse como una mujer, dijo que no podía hacerlo. Entonces Teonoe, enfadada, ordenó que encerraran al sacerdote en una habitación y que alguien de las dependencias de los sirvientes viniera a matarlo.
El anciano Testor fue enviado sin saberlo a su hija para realizar la tarea. Como habían pasado tantos años, los dos no se reconocieron y Teonoe le dio a su padre una espada, encargándole matar al sacerdote. Cuando entró, con la espada en la mano, le dijo a Leucipe que su nombre era Testor, que había perdido a sus dos hijas (Leucipe y Teonoe) y había llegado a tal punto de desgracia que se le había ordenado cometer un crimen.
Cuando ya había vuelto la espada y estaba a punto de suicidarse, Leucipe, al oír el nombre de su padre, le arrancó la espada. Para ir a matar a la reina, llamó a su padre Téstor para que la ayudara. Cuando los dos llegaron a Teonoe, al oír el nombre de su padre, dieron pruebas de que era su hija. Entonces el rey Ícaro, después de este reconocimiento, los envió de regreso a su país con regalos.