Las memorias relatan los esfuerzos de Reilly, Lockhart y otros conspiradores para sabotear la revolución bolchevique cuando aún estaba en sus inicios.
La prensa mundial convirtió a Reilly en un nombre familiar cinco años después de su ejecución por agentes soviéticos en 1925, alabándolo como un espía sin parangón y relatando sus numerosas aventuras de espionaje.
[8] El London Evening Standard describió sus hazañas en un serial ilustrado de mayo de 1931 titulado "El maestro espía".
Ian Fleming lo utilizó como modelo para James Bond en sus novelas (ambientadas a principios de la Guerra Fría).
[9] Reilly es considerado como "la figura dominante en la mitología del espionaje británico moderno".