Santa María de Iquique, cantata popular es una cantata compuesta en 1969 por el compositor chileno Luis Advis Vitaglich , combinando elementos de tradiciones musicales clásicas y folklóricas/indígenas para producir lo que se conoció como una cantata popular y una de las más aclamadas y interpretaciones de música popular. El tema de la cantata es una disputa industrial histórica que terminó con la masacre de mineros en la ciudad de Iquique , en el norte de Chile,en 1907. La lectura está impecablemente ejecutada por el actor chileno Héctor Duvauchelle, quien captura la lucha cada vez más tensa entre los mineros y sus explotadores en la narrativa. Los interludios instrumentales y las canciones potencian la progresión de la historia que conduce a una canción final que expresa la demanda de los mineros de poner fin a la explotación con visiones de un mundo igualitario y libre.
Las siguientes son las declaraciones de Luis Advis, que aparecieron en el folleto original que acompañó el lanzamiento del disco en 1970.
“Esta obra, dedicada a Quilapayún , fue compuesta siguiendo los lineamientos generales de una cantata clásica . Existe, aunque, una variante que se refiere a: aspectos literario-temáticos: se ha sustituido el motivo religioso tradicional por uno basado en hechos reales del orden social”.
“La estilística musical: más que huir de las tradiciones europeas, se ha amalgamado con corrientes melódicas, modulaciones armónicas y núcleos rítmicos de raíz americana o hispanoamericana. “
“Aspectos instrumentales: de la orquesta tradicional sólo hemos conservado el violonchelo y el contrabajo a modo de apoyo, sumados por dos guitarras, dos quenas , un charango y un bombo legüero . “
“Aspectos narrativos: el canto recitativo clásico ha sido sustituido por la narración hablada. Éste contiene elementos rítmicos y métricos con el objetivo de no romper la totalidad sonora”.
La Cantata Santa María de Iquique representó a Quilapayun en el Segundo Festival de la Nueva Canción Chilena ( NCCh ) (Segundo Festival de la Nueva Canción Chilena).
A pesar del éxito del trabajo, tuvo su cuota de críticas dentro del mundo de la música en el momento de su lanzamiento; algunos críticos vieron esta obra como demasiado pretenciosa, compleja y clásica para ser parte de un movimiento neofolklórico popular. Este debate sobre qué era auténtico, qué servía a “la causa” crecería en los años posteriores al lanzamiento de la cantata, creando serias confrontaciones dialécticas sobre qué materiales debían incluirse o excluirse del NCCh.
A pesar de esto, la obra fue lo más destacado del NCCh y una obra maestra de la Nueva Canción en América Latina y muchos musicólogos y músicos la consideran una de las composiciones musicales grabadas más importantes en la historia de la música latinoamericana.
Este gran aprecio por el trabajo no pareció ser compartido por algunos miembros de Quilapayun que vieron en el trabajo existente un considerable margen de mejora. En 1978, asignaron al escritor belga-argentino Julio Cortázar la reestructuración de parte del texto original e introdujeron modificaciones menores a los arreglos originales grabados para una nueva versión y grabación. Esto se hizo sin consultar al compositor de la obra, Luis Advis , quien al enterarse de la grabación expresó gran consternación y atacó públicamente la integridad artística tanto de Quilapayun como de Julio Cortázar. [1]
Personal adicional
Lasko, Susan. Cantos de Lucha, Cantos de Esperanza: La Nueva Canción Chilena. Ensayo senior (Estados Unidos, 1977)