El emperador Nicolás II abdicó el trono del Imperio ruso el 2 de marzo ( OS ) / 15 de marzo ( NS ) de 1917, en medio de la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Febrero . El emperador renunció al trono en nombre de él mismo y de su hijo, el zarévich Alexéi Nikolaevich , en favor de su hermano, el gran duque Miguel Alexandrovich . [1] Al día siguiente, el gran duque se negó a aceptar la autoridad imperial, [1] afirmando que la aceptaría solo si ese era el consenso de la acción democrática de la Asamblea Constituyente rusa , que definiría la forma de gobierno para Rusia. [2] Con esta decisión, terminó el gobierno de la Casa Romanov, de 300 años de antigüedad . [3] El poder en Rusia pasó entonces al Gobierno Provisional Ruso , lo que marcó la victoria de la Revolución de Febrero.
Resumen
En su declaración de abdicación, Nicolás II afirma que renuncia al trono en favor de su hermano, el gran duque Miguel Alexandrovich, para facilitar la unión más estrecha posible y que el esfuerzo bélico de Rusia resulte victorioso. Nicolás II hace un llamamiento al pueblo para que cumpla con su deber hacia la patria y ayude a guiar al Imperio ruso por el camino de la victoria. La declaración termina con una súplica a Dios para que ayude a Rusia.
Traducción al español del manifiesto de abdicación
En los días de la gran lucha contra los enemigos extranjeros, que durante casi tres años han tratado de esclavizar a nuestra patria, el Señor Dios ha querido enviar a Rusia una nueva y dura prueba. Los disturbios populares internos amenazan con tener un efecto desastroso en el futuro desarrollo de esta guerra persistente. El destino de Rusia, el honor de nuestro heroico ejército, el bienestar del pueblo y todo el futuro de nuestra querida patria exigen que la guerra se lleve a una conclusión victoriosa a cualquier precio. El cruel enemigo está haciendo sus últimos esfuerzos y ya se acerca la hora en que nuestro glorioso ejército, junto con nuestros valientes aliados, lo aplastará. En estos días decisivos en la vida de Rusia, hemos considerado que era Nuestro deber de conciencia facilitar a Nuestro pueblo la unión más estrecha posible y la consolidación de todas las fuerzas nacionales para la rápida consecución de la victoria. De acuerdo con la Duma Imperial, hemos considerado conveniente renunciar al Trono del Imperio Ruso y entregar el poder supremo. Como no queremos separarnos de nuestro amado hijo, traspasamos la sucesión a nuestro hermano, el gran duque Miguel Alexandrovich, y le damos nuestra bendición para que ascienda al trono del Imperio ruso. Encomendamos a nuestro hermano que dirija los asuntos de la nación con los representantes del pueblo en los cuerpos legislativos según los principios que ellos establezcan y sobre los cuales prestará un juramento inviolable. En nombre de nuestra amada patria, llamamos a nuestros fieles hijos de la patria a cumplir con su sagrado deber para con la patria, a obedecer al zar en el momento difícil de las pruebas nacionales y a ayudarlo, junto con los representantes del pueblo, a guiar al Imperio ruso por el camino de la victoria, el bienestar y la gloria. ¡Que el Señor Dios ayude a Rusia! [4]