Mujer con espejo ( en francés : La Femme au miroir ) es una pintura de Tiziano , fechada alrededor de 1515 y actualmente en el Museo del Louvre , en París .
Se sabe que perteneció a la colección de la familia Gonzaga en Mantua, de donde fue adquirido por Carlos I de Inglaterra . Tras la ejecución de Carlos, fue vendido y comprado por Luis XIV de Francia para el Palacio de Versalles .
Se han hecho varios intentos para identificar a la figura femenina principal, entre ellos la amante de Tiziano, la amante de Alfonso d'Este, Laura Dianti , o la amante de Federico Gonzaga, Isabella Boschetti . Ninguna de estas teorías se ajusta a la fecha atribuida a la pintura a través del análisis de su estilo, que es 1512-15, cuando las cortes de Mantua y Ferrara comenzaron a interesarse por Tiziano.
Dianti fue pintada por Tiziano en un retrato de 1523. Probablemente se trata de una modelo que aparece en otras pinturas [2] : la misma mujer con el pelo rubio rojizo y rizado aparece en una serie de pinturas de la misma época (incluida la Flora en los Uffizi , la Vanidad en Múnich, la Salomé en la Galleria Doria Pamphilj , la Violante y la Joven con vestido negro en Viena ), así como varias Madonnas y la figura vestida en Amor sagrado y profano . Como sucedió con la serie 'Bella', todavía era habitual que el taller del artista creara obras similares con variaciones de los mismos estudios, si no del mismo cartón .
Se conocen numerosas versiones de la obra, de igual calidad que el original pero de menor tamaño. Las mejores se encuentran en el MNAC de Barcelona , la galería del Castillo de Praga y la National Gallery of Art de Washington.
Una mujer de belleza idealizada se asoma a un parapeto y toca un frasco colocado sobre él (que contiene, quizás, un perfume o ungüento). Con su mano derecha, acaricia su cabello. Un hombre detrás de ella levanta un espejo para mostrar a la mujer de espaldas y la ventana que ilumina la habitación; su presencia está vinculada a los debates renacentistas de Paragone sobre la habilidad artística. Según los ideales de Paragone, la pintura, como la escultura, debe ofrecer múltiples perspectivas sobre su tema. El hombre sostiene un segundo espejo, visible de perfil, en el que la mujer se mira mientras se viste.
Mujer ante el espejo muestra una armonía de color y composición propia del joven Tiziano, que exaltaba la belleza, incluso la sensualidad, de sus personajes. Las mujeres de la época llevaban el pelo suelto sólo en la intimidad del hogar, lo que confiere al cuadro un carácter erótico que prevalece sobre los demás elementos del tema de la vanitas (el frasco de ungüento, el juego de los espejos).