En la Fórmula 3 británica se enfrentó a un desconocido de casco amarillo con quien entabló una reñida lucha hasta el final.
El Ralt-Toyota de Ayrton Senna se impuso finalmente y Martin tuvo que conformarse con el subcampeonato.
Las cosas no mejoraron en Dallas, donde sufrió un terrible accidente que le fracturó los tobillos en los entrenamientos.
Ese año, Frank Williams le llamó para suplir a Nigel Mansell en el Gran Premio de Bélgica.
Un decente séptimo puesto le hizo retomar la competición en Fórmula 1 al año siguiente; seguía estando en forma.
Hacía doce años que había entrado en la Fórmula 1, y quizá era el momento de no tentar más a la suerte.
Nueve podios y casi cien puntos es la cosecha de este inglés que nunca se rindió.
Su sexto lugar en el campeonato de 1992 sabe a poco, pero las experiencias sobre la pista (y fuera de ella) le engancharon a este deporte; así que se hizo comentarista para televisión, profesión en la que ha seguido ganándose el reconocimiento del público.