Manuel Álvares (4 de junio de 1526 - 30 de diciembre de 1582) fue un educador jesuita en Portugal . Su gramática latina, De Institutione grammatica libri tres , es considerada una de las gramáticas latinas más influyentes del mundo. [1]
Manuel Álvares nació en la isla de Madeira . En 1546 ingresó en la Compañía de Jesús , enseñó los clásicos con gran éxito y fue rector de los colegios de Coímbra y Évora. Murió en Évora .
Entre los más de trescientos jesuitas que han escrito libros de texto sobre diferentes lenguas, ocupa el primer lugar. Su gramática latina fue adoptada como obra de referencia por la Ratio Studiorum , o Plan de Estudios, de los jesuitas. Quizá ninguna otra gramática haya sido impresa en tantas ediciones; Carlos Sommervogel , en su "Bibliothèque de la compagnie de Jésus", dedica veinticinco columnas a una lista de unas cuatrocientas ediciones de la obra completa, o partes de ella, publicadas en Europa, Asia y América. Existen también numerosas traducciones a varios idiomas. Una edición con una traducción al chino apareció en Shanghai en 1869. Una edición muy interesante es una publicada en Japón en 1594, con traducción parcial al japonés. Una edición inglesa, "Introducción a la lengua latina, o primer libro de gramática", apareció en 1686. En muchas ediciones el texto de Álvares ha cambiado considerablemente, otras son compendios. La obra original contiene muchas sugerencias valiosas para el profesor. Por este motivo es más que una simple gramática; es también una obra sobre el método de enseñanza del latín y ofrece una visión del sistema de los antiguos colegios jesuitas.
El libro fue objeto de varias controversias. Incluso los jesuitas, en la "Ratio de prueba" de 1586, plantearon seis objeciones y deseaban, en particular, una mejor disposición de algunas partes y una mayor claridad. Después de la publicación de las gramáticas latinas de De Condren, el oratoriano, y de Lancelot, de Port-Royal , ambas en francés, la obra de Álvares fue censurada con frecuencia porque estaba escrita en latín y "presuponía lo que había que aprender".
Sin embargo, el curso que siguió Álvares tuvo sus ventajas. Es cierto que a los principiantes se les explicaba todo en lengua vernácula, pero el uso temprano de una gramática escrita en latín acostumbraba a los alumnos a hablar y escribir en esa lengua. Sin cierta práctica de este tipo es difícil obtener un conocimiento profundo de una lengua, y en siglos anteriores era de suma importancia hablar y escribir en latín, que era la lengua universal del mundo culto.