El transeúnte (título original en francés : La passante du Sans-Souci , "El transeúnte de Sans-Souci") es una película dramática franco-alemana de 1982 dirigida por Jacques Rouffio , basada en la novela de 1936 del mismo nombre de Joseph Kessel , y protagonizada por Romy Schneider y Michel Piccoli . [1] Fue la última película de Schneider.
El rodaje se realizó en los estudios Spandau de Berlín y en exteriores de Berlín y París . Los decorados de la película fueron diseñados por el director artístico Hans Jürgen Kiebach .
En la embajada de Paraguay en París, Max Baumstein, respetado presidente de una organización internacional de derechos humanos, mata a sangre fría al embajador. Detenido y acusado de asesinato, intenta explicar a su angustiada esposa Lina qué lo llevó a actuar así.
En 1933, cuando era niño, los nazis mataron a tiros a su padre en Berlín y lo golpearon hasta dejarlo cojo de por vida. Michel y Elsa, una pareja que vivía en un apartamento vecino, se hicieron cargo del traumatizado niño. Cuando los nazis destrozaron el negocio de Michel, metió a Elsa y Max en un tren a París y más tarde les envió dinero a través de un amable vendedor francés, Maurice. Michel fue condenado a cinco años en un campo de concentración por actividades antinazis, dejando a Elsa y al niño libres pero abandonados. Elsa intentó conseguir trabajo cantando en un club, pero acabó como "anfitriona". Maurice, que tanto la quería a ella como a Max, se hizo cargo del niño. En el club, Elsa llamó la atención de von Legaart, un diplomático de la embajada alemana en París, que accedió a liberar a Michel a cambio de pasar una noche con ella. Cuando Elsa conoció a Michel en la estación de tren, von Legaart había asesinado a ambos.
En el juicio, Max relata cómo Maurice lo llevó a Suiza para ponerlo a salvo, desde donde ha dedicado el resto de su vida a luchar contra los males que llevaron a la muerte de todos los que amaba. Cuando su organización descubrió que el embajador paraguayo era von Legaart con un nombre falso, solo vio una manera de lograr justicia. El tribunal lo condena a cinco años de prisión en suspenso y sale libre con Lina, entre abusos y amenazas de los neonazis. Un título final señala que seis meses después él y Lina fueron asesinados por asesinos desconocidos.