El legado de Valdemar (en español: La herencia Valdemar ) es una película de terror española de 2010 dirigida y escrita por José Luis Alemán y protagonizada por Laia Marull , Daniele Liotti , Paul Naschy , Silvia Abascal , Ana Risueño y Óscar Jaenada , entre otros. Termina con una trama sin resolver, [1] es seguida por El legado de Valdemar II: La sombra prohibida . Si bien se inspira en los Mitos de Cthulhu , la trama no adapta de cerca una historia lovecraftiana en particular. [2] Fue criticada por los críticos.
Ambientada en dos líneas temporales diferentes, la trama utiliza una extensa analepsis hasta el siglo XIX. [3] La película termina abruptamente con un suspenso , centrándose únicamente en la subtrama de flashback relacionada con la tragedia de la pareja Valdemar (Lázaro y Leonor) alrededor de 1880, [3] [4] dejando así la trama no ambientada en el pasado olvidada como una especie de prefacio desconectado.
La película fue producida por La Cruzada Entertainment SL. [1] Los lugares de rodaje incluyeron Comillas , Azpeitia , Valporquero y La Granjilla . [4]
La película se estrenó en cines en España el 22 de enero de 2010. [9]
Las críticas fueron generalmente negativas, citando la mediocridad de la película. [10] A raíz de la pésima recepción, el director escribió una carta disculpándose por dividir la película en dos partes y señalando que la sobreactuación de los actores se hizo a propósito para buscar la esencia de las películas de terror clásicas. [11]
Javier Ocaña de El País consideró que la estructura narrativa de El legado de Valdemar no tenía sentido, valorando además que, en demasiadas secuencias, "parece una película con medios profesionales comandada por un aficionado". [12]
Irene Crespo de Cinemanía calificó la película con 2½ de 5 estrellas, considerándola "tremendamente arriesgada". [13]
Manuel J. Lombardo de Diario de Sevilla consideró la película una doble decepción para el espectador, por la baja calidad y también por la obligación de tener que acudir de nuevo a la sala para saber cómo acaba la cosa, arrastrado por fallos como una «absoluta incapacidad para narrar», un «ningún sentido del ritmo ni de la elipsis», una «muy pobre puesta en escena», una nula sensación de ambientación o de terror, así como unas «interpretaciones lamentables» y unos «efectos digitales de segunda». [14]