Juan Rogelio García García (4 de agosto de 1897 – 26 de mayo de 1988), más conocido como Juan Orol , fue un actor, productor, director y guionista cinematográfico mexicano nacido en España. Orol fue un pionero de las primeras películas sonoras del cine mexicano y uno de los principales impulsores del cine de Rumberas en la Época de Oro del cine mexicano . Sus películas han sido calificadas como películas de culto .
Juan Rogelio García García nació el 4 de agosto de 1897 en la parroquia de Santiso , en la localidad de Lalín en Pontevedra , España . Su padre era un comandante de las fuerzas armadas españolas. Su madre, una mujer de origen campesino, era madre soltera. Más tarde, se casó con un hombre que no quería hacerse cargo del hijo de otro hombre, por lo que envió a Orol a Cuba a vivir con un amigo. [1]
En Cuba, Orol vivió en los barrios bajos, conocidos en Cuba como "solares". Allí, tuvo mucho contacto con personas de origen africano , quienes le enseñaron todas sus técnicas de baile. [2] El joven Orol tuvo muchas ocupaciones a la vez: boxeador, mecánico, piloto de carreras, periodista, actor, torero y policía. Abandonó el boxeo cuando su rostro quedó desfigurado. En su faceta de corredor, estuvo a punto de conducir en Indianápolis , pero le faltaban unas décimas para la marca de las 118 millas por hora. En su faceta de torero, pasó por Sudamérica bajo el nombre de Espartero o Esparterito . Más tarde, se trasladó a México, donde también formó parte de la policía secreta. Su biografía es absolutamente rocambolesca, llena de episodios imposibles e inconexos. Pero a pesar de su escasa formación cultural, sobrevivió. Sus pasos en el ruedo taurino y el orden policial fueron una gran inspiración para trabajos cinematográficos posteriores. Su viudez prematura puso cara a una responsabilidad paternal. [ cita requerida ] Comenzó a trabajar en la radio como director artístico y publicista mientras entraba en contacto con la naciente industria cinematográfica mexicana. [3]
Inicialmente Orol entró en la industria cinematográfica mexicana como otra forma de ganarse la vida, pero con el tiempo desarrolló una pasión por el mundo del cine. Orol debutó en el Cine de México como actor secundario en la película Sagrario (1933), realizada por la recién creada Aspa Films bajo la dirección de Ramón Peón, también conocido como el Griffith cubano . Al año siguiente, Orol arriesgó su propio capital y se estrenó simultáneamente como productor, escritor y protagonista en la película Mujeres sin alma , también dirigida por Peón. Debutó como director en la película Dear Mother (1935), la tercera producción de Aspa Films. Orol era un devoto del cine negro estadounidense , y tenía una gran admiración por los famosos gánsteres del cine de los años 1930 y 1940: Edward G. Robinson , James Cagney y Humphrey Bogart . Sin embargo, el propio Orol reconoció a José Bohr , uno de los pioneros del cine sonoro en México, como el cineasta más influyente. [4]
Después de que su primera película obtuvo modestas ganancias, filmó una segunda película en 1934, donde fungió como codirector con Ramón Peón: Mujeres sin alma: venganza suprema , que fue un éxito inesperado y protagonizó su primera musa fílmica, Consuelo Moreno. Las películas de Orol desarrollaron un estilo característico, con los temas recurrentes del trópico, las rumberas, los paisajes exóticos, las mujeres hermosas y provocativas y el cabaret como locación ideal. Estos ganchos le permitieron a Orol atraer público a sus películas. Más tarde introdujo a los gánsteres en su repertorio. En muchas ocasiones, para burlar a los sindicatos cinematográficos de México, inventó coproducciones con otros países, principalmente con Cuba.
A mediados de los años cuarenta, consolidó su propia productora, España Sono Films. Asimismo, creó en Cuba la productora Caribe Films, ayudándole a realizar sus coproducciones con la isla. Orol filmó en diferentes países: México, Cuba, Puerto Rico , Estados Unidos y España. Juan Orol tuvo también una actuación de "one man band" en películas. En la mayoría de ellas, participó en más de dos o tres de las actividades principales del filme: jefe de producción, director, productor, guionista y actor.
La primera producción de Orol en el cine cubano fue Siboney (1938), que cuenta con música de Ernesto Lecuona . Orol actuó como director, productor, guionista y actor. En esta película debutó la rumbera cubana María Antonieta Pons , su segunda musa fílmica.
Con María Antonieta Pons, Orol realizó películas como Cruel destino (1944), Los secretos del inframundo (1945), Hechizo caribeño (1946) y Pasiones tormentosas (1947). Aunque Pons y otras de sus musas fílmicas posteriores fueron estrellas exclusivas de España Sono Films, Orol les permitió trabajar con otras casas productoras. Pons fue la primera gran rumbera del cine mexicano. Debido a esto, Orol fue considerado uno de los principales impulsores del cine de rumberas de los años cuarenta y cincuenta. Después de su ruptura [ aclaración necesaria ] con Pons, Orol realizó la película El amor de mi bohío (1946), protagonizada por la actriz costarricense Yadira Jiménez en el papel principal. Sin embargo, Jiménez no logró desarrollar una relación cinematográfica relevante con Orol. En busca de una nueva estrella femenina de sus películas, Orol se trasladó a Cuba, donde descubrió a la que sería su próxima musa fílmica: Rosa Carmina .
Rosa Carmina debutó en el filme Una mujer del Este (1946). Se convirtió en la musa fílmica más representativa y prolífica de Orol. Ambos filmaron juntos dieciséis películas entre 1946 y 1955. Probablemente las más destacables sean las clásicas Gangsters Versus Cowboys (considerada hoy como una película de culto ) y Sandra, la mujer de fuego . Otras películas relevantes de Orol con Rosa Carmina son Tania, la bella joven salvaje (1948), Amor salvaje (1949) la trilogía Percal (1951) (basada en un cómic de José G. Cruz ); La diosa de Tahití (1953) y Secretaria peligrosa (1955).
Tras separarse de Rosa Carmina, Orol filmó La camarera coja del café del puerto , producción cubano-mexicana, como director, productor y guionista, con Marta Rams y Julio Capote como actores principales. En el mismo año, Orol conoció a su siguiente musa fílmica: Mary Esquivel. Esquivel debutó en la película Zonga, el ángel diabólico (1956), película que también fue la primera película que Orol filmó en color. Su última gran producción en la que participó Esquivel fue Tahimí, la hija del pescador (1958).
Finalmente, Orol conoció a su última musa cinematográfica, Dinorah Judith, con quien dirigió sus últimas películas. En esta época, las películas de Orol fueron destrozadas por la crítica y, según se dice, el director atravesó una profunda depresión. Entre sus películas durante este período se encuentran La maldición de mi raza (1964), Preludio a la silla eléctrica (1966) y el clásico de culto El fantástico mundo de los hippies (1970), realizado con una coproducción estadounidense. Su última película como director fue El tren de la muerte (1978). La última aparición de Juan Orol en la gran pantalla como actor fue en la película Ni modo... así somos (1981). Hizo un cameo interpretándose a sí mismo, en una breve escena que duró menos de un minuto.
En sus últimos años Orol vivió una profunda depresión. A pesar de varios homenajes cinematográficos en su honor, vivió en una profunda pobreza. Supuso que su colección de películas había sucumbido al incendio de la Cineteca Nacional de México (1982). De hecho, sólo algunos negativos originales de sus primeras películas se perdieron en ese incidente.
Murió de enfermedad hepática en la Ciudad de México el 26 de mayo de 1988.
Juan Orol fue famoso por introducir a numerosas actrices extranjeras (en su mayoría cubanas) al cine mexicano. Su primera esposa fue Amparo Moreno, hermana de la actriz Consuelo Moreno, su primera musa cinematográfica. Con ella procreó a su único hijo, Arnoldo Orol Moreno, quien entre finales de los años 1940 y principios de los 1950, se desempeñó como productor ejecutivo de tres películas de Orol. Arnoldo murió en un accidente laboral en un set de filmación. Amparo murió de tuberculosis en 1937. [5]
En 1938 conoció en Cuba a la rumbera María Antonieta Pons. Orol y Pons se convirtieron en pareja de baile, y él decidió presentarla como actriz en México en la película Siboney (1938). Orol y Pons estuvieron casados entre 1940 y 1945. [6] Después de divorciarse de Pons, Orol decidió lanzar a la actriz y bailarina costarricense Yadira Jiménez. Sin embargo, su colaboración fue fugaz. En Cuba, Orol descubrió a Rosa Carmina, su siguiente musa cinematográfica. Orol y Rosa Carmina estuvieron casados entre 1950 y 1955. Rosa Carmina es considerada la más representativa de sus musas cinematográficas. Más tarde, Orol se casó con la actriz cubana Mary Esquivel. Estuvieron casados entre 1955 y 1963. [7] Después de Rosa Carmina, un amigo le presentó a su sobrina, Dinorah Judith. Judith fue su última musa y última esposa, permaneciendo casado con ella hasta su muerte. [8]
Juan Orol era un "one man band" en sus películas. En la mayoría de ellas, participaba en más de dos o tres de las actividades principales de la película: jefe de producción, director, productor, guionista o actor. Era un hombre que sentía que debía participar y supervisar todo. A pesar de ello, no era un técnico sofisticado, a diferencia de su amigo Ramón Peón. Orol hacía las cosas por su empuje y su pasión por las películas sin pasar mucho tiempo en su estudio. No intentaba explicar la psicología de sus personajes y la geografía de las localizaciones que utilizaba. Para él bastaba con que hubiera escenas y personajes. Sin embargo, sus películas resultaron exitosas y lograron llegar al gusto del público. No en vano Orol se jactaba de ser El director de multitudes . [9]
Juan Orol ha sido comparado con el cineasta estadounidense Ed Wood , canonizado como «el peor director de todos los tiempos». Sin embargo, a diferencia del cineasta estadounidense, Orol no necesitó de un homenaje póstumo para ser reconocido. Obtuvo éxito de taquilla en su época, el público admiró a sus musas fílmicas y a sus malvados gánsteres, sin importar la pobreza argumental y técnica de sus producciones. Ignoró las críticas a su trabajo, como con Te odio y te quiero (1957), película que los críticos directamente calificaron de «muy mala». Incluso se dio el lujo de hacer remakes de su propia obra: hizo una nueva versión de Querida madre , su mayor éxito, en 1950. Ed Wood, por su parte, nunca llegó al mainstream. Sus obras fueron una sucesión de fracasos con exhibiciones limitadas, y sólo realizó una quinta parte del número de películas que hizo Orol. Pero ambos comparten la precariedad de su modo de producción, y hoy son considerados «directores de culto» .
Orol estiró los presupuestos de sus películas y era conocido como un director de toma única. No utilizó efectos especiales en sus obras. En Gangsters Versus Cowboys prácticamente todos los hombres armados murieron, pero ninguno derramó una gota de sangre. El director de cine Sergio Véjar , operador de cámara de Zonga, el ángel diabólico (1957), cuenta que Orol ordenó a Mary Esquivel pintarse cada una de las uñas de un color diferente para extender sus manos hacia la cámara, reduciendo así los costos de producción. Asimismo, no fue en busca de locaciones exóticas, aunque sus tramas las requerían en la mayoría de los casos. En Los misterios del hampa (1944), cuyo guion se ambientaba en Chicago, un autobús al fondo dice "Cozumel Peralvillo-Line", una típica fila de camiones de la Ciudad de México. En Zonga... , película que se desarrolla en la selva amazónica, hay al fondo un monumento a Bolívar del Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México. A Juan Orol no le importaban los detalles. [10]
Juan Orol es considerado también como el padre espiritual del llamado cine de Rumberas por haber sentado las bases que enriquecieron el género cinematográfico. [11] Además, es conocido por haber importado al cine mexicano a dos de las más grandes estrellas del género: María Antonieta Pons y Rosa Carmina.
En 2012, Juan Orol fue protagonista de la película biográfica El fantástico mundo de Juan Orol , dirigida por Sebastián del Amo. Orol es interpretado por el actor mexicano Roberto Sosa. La película está basada en hechos reales, pero interpretados libremente por los autores. [12]