Se cree que pasó su infancia en Hamburgo, Alemania.
En 1944 fue destinada al campo de concentración de Stutthof, como guardiana, donde maltrató y torturó a prisioneros, llegando en casos a provocar la muerte.
Era tan severa que las prisioneras la llamaban el "bello espectro".
[1] Barkmann escapó de Stutthof a medida que el Ejército Rojo se aproximaba.
Fue encontrada culpable, tras declarar: "La vida es realmente un placer, y los placeres suelen ser breves".