Jean-Philippe de Bela , [1] conocido como caballero de Bela , (3 de febrero de 1703 - 1796) OSL fue un militar y escritor vasco - francés nacido en Mauléon, Soule . Entre sus obras, escribió L'histoire des basques y también Histoire générale de la nation basque , donde compara los dialectos vascos de Francia con los de Guipúzcoa y Álava .
La primera referencia conocida a un miembro de esta familia de Soule es un texto que data del siglo XV que menciona a Garzia Belaz de Medrano, un noble de Navarra . [2] Su nieto, Gérard de Bela (1550-1633), fue un alguacil y teniente general al servicio de Jean de Belzunce, capitán-castellano y gobernador de Soule. Aparte de Bela, esta familia utilizó apellidos derivados como Belaspect, Belapeyre, Belagrace, Bela-Chéraute y Belapéritz. Atanasio de Belapeyre, hijo del protestante Jacques de Bela y uno de los miembros más destacados de la familia, se convirtió en sacerdote católico y ascendió al cargo de vicario general . Entre sus propiedades se encontraban el molino de Asconéguy y la casa Planterose en Mauléon. El molino todavía tiene el escudo de armas de la familia, fechado en 1767, en el dintel de su entrada.
A los 18 años, Bela se trasladó a Grenoble en busca de aventuras y se unió al ejército francés como artillero. Pronto alcanzó el grado de cadete, pero tras un aparente desaire por parte del capitán de su regimiento, Bela lo retó a duelo y posteriormente fue encarcelado, pero logró escapar y huyó a Alemania, donde se unió a la guardia personal del rey Augusto III de Sajonia. Luego se dirigió a Suecia. En este país trabajó para su ejército como teniente e ingeniero. Su amor por el dibujo y las matemáticas lo llevaron a diseñar fortificaciones de cierta importancia. Durante la guerra de sucesión polaca, fue enviado con las tropas de un regimiento de dragones y se unió a los defensores de la soberanía polaca. Siendo capitán de dragones intentó defender la ciudad de Dantzig, aunque fue hecho prisionero. Poco después, Bela logró escapar y se retiró a su tierra natal, habiendo recibido un diploma de reconocimiento del rey polaco, nombrándolo capitán de su Guardia Real. Gracias a esta hazaña, Bela fue ascendido a teniente coronel de dragones y se distinguió durante el sitio de Metz (1734). Tras un periodo de paz, luchó en Bohemia junto al Mariscal de Francia, y luego también en Flandes y Alemania. En 1745, siendo ya teniente coronel y cuando contaba con 36 años, el rey Luis XV le encargó la formación de un ejército formado exclusivamente por vascos, que recorría las montañas y agrupaba a un regimiento de mil cuarenta y seis hombres, que habitualmente se dedicaban a la conquista de terrenos montañosos. Su insignia era una bandera azul con la cruz de San Andrés en plata y las armas del Reino de Navarra en el centro, los famosos "Volontaires Cantabres", en los que Bela era coronel. El regimiento de los Cantabres fue disuelto en 1749. Posteriormente Bela retó a duelo a un individuo al que acusaba de malversación de fondos de este cuerpo. Tuvo un proceso ante los Mariscales de la Corte de Francia que lo condenaron a seis meses de prisión, mientras que su acusador tuvo que retractarse. Por este motivo, Béla abandonó la carrera militar y se dedicó a la investigación histórica, a escribir sus memorias militares, a defender pleitos, a desempeñar diversos cargos públicos con especial celo, en definitiva, a desplegar una amplia actividad. En 1748 publicó sus Exercices et Evolutions à l'usage du régiment Royal Cantabres. Hombre de gran erudición como lo atestiguan la gran cantidad de manuscritos, títulos, memorias y mucha documentación que se conservan, así como una historia de los vascos desde su origen hasta 1748, a la que dedicó 30 años de trabajo, y que se divide en 12 libros que comprenden la historia de las siete provincias vascas más un diccionario de dialectos vascos con las palabras equivalentes en hebreo, griego, céltico, armórico, árabe, latín gótico, español e italiano. Béla encontró dificultades para imprimir su obra y tuvo que entregarla al benedictino Dom Sanadón -que más tarde sería obispo constitucional de la diócesis-. Éste extrajo la obra bajo el título Essai sur la noblesse des Basques, editado en Pau en 1785. Parte del manuscrito de Béla fue publicado por Clément Simon. [3] El extracto de Sanadon fue traducido al español por Diego de Lazcano y publicado en Toulouse en 1786. Otra traducción fue hecha por José Gironde, que difundió su versión en 1858. Los originales se encuentran en la Biblioteca Nacional de París. Sus memorias militares fueron publicadas por Chaho en Ariel (1846) y por Duceré en 1896, con una biografía del autor por J. de Jaurgain. Traído por su interés en el progreso material de sus conciudadanos, tradujo al euskera obras sobre agricultura y economía, que el intendente de turno se negó a publicar a expensas del público. Intentó también por diversos medios obtener un pequeño monopolio de los tejidos de lana para Mauleón, pero sus propuestas le fueron denegadas por el intendente; el taller de fabricación organizado funcionó hasta cuatro años antes de su muerte. Bela, como miembro del estamento nobiliario, se vio directamente implicado en la conspiración nobiliaria que desembocó en la expulsión de los miembros del tercer estado en 1770. Más tarde, en enero de 1774, adquirió derechos reales sobre gran parte de Zuberoa -Laruns, Mendibieu, Berrogain, Arrast, Larrory, Larrebieu, Moncayolle, Hôpital-Saint-Blaise, Sainte-Engrâce y Larrau-, cuyos habitantes ordenaron reconocerles sus derechos señoriales de caza, rentas, honores, etc., lo que sucedió durante un par de años hasta que esa enajenación fue anulada por los Estados. Llegada la revolución, Bela fue despojado de más de la mitad de su fortuna, aunque parece que se enojó personalmente y no emigró. Su hábito de grandeza le llevó a inventar un falso pedigrí, que le relacionaba estrechamente con el noble Belaz de Medrano, por cuyos descendientes firmó testamento el 1 de marzo de 1793.