Gerardo Flores (nacido en 1986) de Lufkin, Texas , fue condenado en 2005 por dos cargos de asesinato capital según la ley de homicidio fetal de Texas de 2003 por haberle practicado un aborto en casa a su novia, que estaba embarazada de gemelos, el año anterior. Los fiscales decidieron no solicitar la pena de muerte, por lo que fue sentenciado automáticamente a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional durante 40 años. [1]
Su novia, Erica Basoria, tenía dieciséis años y estaba embarazada de cinco meses en ese momento. Según los hechos expuestos en Flores v. State, su médico le dijo que era demasiado tarde para abortar. Basoria testificó en el juicio que le pidió a Flores que le pisara el abdomen. Según el expediente judicial, ella misma intentó provocarse el aborto: "en la última semana de su embarazo se golpeaba todos los días". [2]
Flores dijo que inicialmente él se negó, pero ella no cedió hasta que él accedió. Flores admitió ante la policía que "accidentalmente, probablemente" golpeó a Basoria en la cara durante una pelea la noche del aborto. Basoria le dijo a la policía que él no era abusivo. [3]
Durante el juicio, los fiscales observaron que el labio hinchado de Basoria y los moretones en su rostro eran compatibles con una agresión. Dijeron que estaba mintiendo para proteger a Flores. [4]
La ley de Texas sobre homicidio fetal no permitía presentar cargos contra la madre porque ésta tenía derecho a interrumpir el embarazo, por lo que sólo se acusó a Flores. [5] [6] Flores impugnó la constitucionalidad de la ley de protección fetal en apelación. Su apelación fue rechazada. [4]