Se erige sobre una columna junto a la ribera oeste del lago Trasimeno.
Su posición clave hizo que a lo largo de la historia fuese conquistada en diversas ocasiones.
La fortificación que le da nombre hubo de ser reconstruida varias veces.
Fundada por los romanos, surge sobre una colina que en tiempos antiguos constituía la cuarta isla del lago Trasimeno, aunque el brazo de agua que la separaba de tierra firme acabó por rellenarse.
En la estructura urbanística de la ciudad antigua, que se ha mantenido muy bien conservada -la ciudad moderna se ha desarrollado a cierta distancia del centro histórico-, puede reconocerse su origen romano.