El anterior campeón Olímpico Lynn Davies, dijo que había destruido la prueba, y dio lugar a que se inventara un nuevo adjetivo en inglés para la jerga del atletismo, Beamonesque, que se aplica a cualquier hazaña o hecho espectacularmente fuera de lo común.
[2] Cuando asistía al instituto Jamaica High School fue descubierto por Larry Ellis, un reputado entrenador de atletismo.
Más tarde, Beamon formó parte del equipo de atletismo All-American.
Su compañero olímpico Ralph Boston se convirtió en su entrenador no oficial.
Cuando sólo le quedaba una oportunidad, Beamon volvió a medir su carrera de aproximación desde un punto delante del tablero y realizó un salto justo que le hizo pasar a la final.
Cuando el locutor anunció la distancia del salto, Beamon, que no estaba familiarizado con las medidas métricas, aún no se había dado cuenta de lo que había hecho.
[15] El defensor del título olímpico, Lynn Davies, dijo a Beamon: "Has destrozado esta prueba", y en la jerga deportiva se empezó a utilizar un nuevo adjetivo, beamonesco, para describir hazañas espectaculares.
[18] El periodista deportivo Dick Schaap escribió un libro sobre el salto, The Perfect Jump.