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Batalla de Vilcapugio

La Batalla de Vilcapugio ( quechua : Pozo Sagrado ) [1] fue una importante batalla librada el 1 de octubre de 1813, durante la segunda Campaña del Alto Perú en la Guerra de la Independencia Argentina , donde las fuerzas de las Provincias Unidas lideradas por el general Manuel Belgrano fueron derrotadas por un ejército realista, liderado por Joaquín de la Pezuela .

Segunda campaña del Alto Perú

Tras las victorias del Ejército del Norte en las batallas de Tucumán y Salta , la campaña contra los realistas en el Alto Perú se reinició por insistencia del gobierno de Buenos Aires . A pesar de estar enfermo de malaria y tener que comandar una compañía de nuevos conscriptos con artillería insuficiente, Belgrano aceptó el puesto de mando.

El ejército de Belgrano estaba apoyado desde la provincia de Oruro por el coronel Baltasar Cárdenas y los 2.000 indígenas mal organizados bajo su mando, y el coronel Cornelio Zelaya con fuerzas procedentes de Cochabamba . Ambos coroneles tenían órdenes de levantar a las poblaciones aborígenes contra las autoridades españolas. Sabiendo que el ejército realista no tenía suficientes mulas para trasladar su artillería y provisiones, Belgrano planeó utilizar un movimiento de pinza para atacar, creyendo confiadamente que la falta de movilidad de Pezuela sería un factor decisivo.

La batalla

A fines de septiembre de 1813, la mayor parte del ejército de Belgrano llegó a la llanura de Vilcapugio, una meseta rodeada de altas montañas a varios kilómetros al norte de Potosí . Las tropas realistas estaban acampadas más al oeste en Condo-Condo bajo las órdenes de Pazuela y el mayor Saturnino Castro, lo que les permitió tomar por sorpresa y derrotar por completo a las tropas nativas de Cárdenas en Ancacato, a 23 km al norte del cuartel general de Belgrano. Castro también obtuvo documentos de Cárdenas dando instrucciones a Belgrano. Con estos documentos Pezuela pudo interrumpir los planes de Belgrano y comenzó su avance sobre las montañas el 1 de octubre, mucho antes de que la caballería de Zelaya de Cochabamba pudiera unirse al ejército de las Provincias Unidas en Vilcapugio. Los veteranos del ejército de Belgrano que venían del Norte contuvieron el flanco izquierdo y la columna central del ejército realista y los obligaron a retroceder hasta el punto de que Pezuela tuvo en mente, por un momento, enviar un mensaje al Virrey del Perú insinuando que la batalla estaba perdida. Sin embargo, su propio flanco izquierdo permaneció en acción y derrotó a la columna derecha de Belgrano. Si el ejército del Norte hubiera persistido en perseguir a las tropas españolas, la victoria habría estado asegurada, pero la llegada de la caballería realista comandada por Saturnino Castro hizo que los rebeldes entraran en pánico, lo que provocó que se dispersaran. [2] El ejército realista se reorganizó y capturó toda su artillería, bombardeando continuamente a los pocos soldados que quedaban en el campamento de Belgrano. Como resultado de la batalla, murieron 350 rebeldes y unos 200 realistas.

Secuelas

Belgrano y Eustaquio Díaz Vélez habían decidido que Vélez marcharía hacia el sur hasta Potosí para reunirse con las tropas dispersas, mientras que Belgrano reuniría los restos de su ejército cerca de la ciudad de Macha , a unos 65 km al este.

Díaz Vélez tomó el mando de las tropas en Potosí después de Vilcapugio con el resto del ejército en el flanco izquierdo del enemigo. En este punto las tropas se reorganizaron para proseguir la Campaña del Alto Perú según las órdenes del gobierno de Buenos Aires.

Notas

  1. López, Vicente Fidel (1881). La revolución argentina: su origen, sus guerras, y su desarrollo político hasta 1830, Volumen 1 . Imprenta y librería de Mayo, de C. Casavalle, p. 21 (en español)
  2. ^ El brigadier Pezuela y su segundo, Ramírez, acudieron velozmente a contener la dispersión y reparar tamaño desorden; pero como la reserva había huído también sin disparar un solo tiro, todos sus esfuerzos habrían sido estériles si la Divina Providencia no protege a las armas de España guiando a Castro al combate en tan crítico momento. García Camba, Andrés (1846). Memorias para la Historia de las armas españolas en el Perú. Sociedad tipográfica de Hortelano y compañía, V. II, página 105. (en español)

Véase también