El 18 de abril de 2002, a las 17:48 (hora local), un Rockwell Commander 112 se estrelló contra los pisos superiores de la Torre Pirelli en Milán , Italia, por razones aún desconocidas. El accidente mató al piloto y a otras dos personas que se encontraban en el edificio. Sesenta personas más resultaron heridas en el edificio y en tierra.
El accidente generó temores de un ataque terrorista debido a las similitudes con los atentados del 11 de septiembre , ocurridos siete meses antes. Una investigación posterior descartó el terrorismo como motivo.
El avión, pilotado por Luigi Fasulo, de 65 años, despegó del aeropuerto de Locarno en Magadino , Suiza, dieciocho minutos antes del accidente. Más tarde, mientras el avión volaba sobre Milán , Italia, el piloto avisó por radio a la torre de control del aeropuerto de Linate que había un problema con el tren de aterrizaje retráctil. La torre comenzó a organizar un aterrizaje de emergencia. El avión se estrelló contra los pisos superiores de la Torre Pirelli . La vibración del impacto hizo que se rompieran los escaparates de las tiendas y cubrió los alrededores con escombros y cristales de las oficinas. El piloto y otras dos personas presentes en el interior del edificio murieron.
Entre treinta y cuarenta personas fueron trasladadas al hospital con heridas moderadas, mientras los bomberos controlaban el incendio provocado por el accidente. Inmediatamente después del accidente, la cercana estación central de trenes de Milán , la estación de metro y el aeropuerto de Linate fueron cerrados. [2]
Las autoridades italianas llevaron a cabo una investigación tras el accidente. La causa del accidente nunca se determinó ni se confirmó con exactitud, pero la razón más plausible es que se trató de un accidente o un suicidio. El piloto había sido víctima de una estafa que lo llevó al borde de la bancarrota, por lo que la posibilidad de un suicidio público es plausible. [1]
El accidente despertó temores de un ataque terrorista, ya que ocurrió siete meses después de los ataques del 11 de septiembre . Debido a esto, las bolsas de valores de Estados Unidos y Europa cayeron drásticamente y las transacciones comerciales en Milán se suspendieron. Los temores terminaron cuando los investigadores concluyeron que el accidente no fue un acto terrorista. [3] [4]