Vukovar

Vukovar, así como el vecino Ilok, fueron los guardianes de la identidad croata en la confluencia Danubio-Sava durante ese período.

La ciudad, prácticamente indefensa, fue sitiada durante meses por bandas de paramilitares serbios y el Ejército Popular Yugoslavo.

Un número importante, en torno a los 800, desaparecieron y 20 000 tuvieron que exiliarse de la ciudad.

[6]​ En noviembre de 2010, el presidente serbio, Boris Tadić, visitó la ciudad, donde se reunió con su homólogo croata, Ivo Josipović, en un acto en el que pidió perdón por los crímenes cometidos allí por el pueblo serbio, en una demostración considerada por los analistas como el acto de buena voluntad y reconciliación más importante hacia Croacia que jamás haya hecho un mandatario serbio.

[9]​ Vukovar posee siete escuelas primarias y cinco institutos de enseñanza secundaria.

Museo de la Cultura de Vučedol
La torre de agua de Vukovar , destruida al inicio del asedio, se ha convertido en un símbolo de la ciudad.
El puerto fluvial junto al Danubio
Plaza Franjo Tuđman, en el centro de la ciudad