[1] Según el Corán, Iblís fue arrojado del cielo después de negarse a postrarse ante Adán.
El personaje es más conocido, sin embargo, como Shaitán (شيْطان), variante del nombre Satán o Satanás, palabra aramea que significa «adversario».
Iblís no se convirtió en un incrédulo por su desobediencia, sino por atribuir la injusticia a Alá, afirmando que el mandato de postrarse ante Adán era inapropiado.
Según el Corán, la desobediencia de Iblís se debió a su desdén por la humanidad, una narración que ya ocurría en los primeros apócrifos.
[6] Como castigo por su altivez, Alá desterró a Iblís del cielo y lo condenó al infierno.
Entonces Moisés respondió que, obviamente, Iblís fue castigado al pasar de ser un ángel a ser un demonio.
Iblís responde, su forma es sólo temporal y su amor hacia Alá sigue siendo el mismo.
Iblís también es considerado como el líder de esos ángeles que lucharon contra los genios terrenales.
Por lo tanto, Iblís y su ejército llevaron a los genios al borde del mundo, el Monte Qaf.
[11] Incluso se consideraba superior en comparación con los otros ángeles, ya que fue (uno de esos) creado del fuego.
[16] Alá sentenció a Iblís al infierno para siempre, pero le otorgó un favor por su antiguo culto, es decir, para vengarse de los humanos intentando engañarlos hasta el Día del Juicio.